Puede que usted piense que tiene una gran memoria, pero es mejor no fiarse en el momento de un accidente. El estar nervioso o en caliente puede ocasionar que se le olviden muchos detalles importantes que luego le pueden ayudar a la hora de presentar un reclamo ante la aseguranza.
Si tiene un teléfono inteligente —hoy en día son tan comunes como los accidentes—, aproveche para sacar fotos de cada cosa que vea. Empiece por el vehículo de la otra persona, sus placas, los daños causados, etc. Después siga por el suyo, si le dieron un golpe o si sufrió lesiones, tómese una foto de cómo quedó en el momento de la colisión. Podría estar sangrando y eso puede ser una prueba contundente ante una aseguranza o ante el juez.
También es importante que anote en una libreta todo lo sucedido, la hora del accidente, las circunstancias en que ocurrió, y el lugar exacto donde estaba. Para eso le pueden ayudar testigos que confirmen lo que vio, si alguien se saltó un semáforo en rojo o si no frenó a tiempo antes del impacto, por ejemplo.
Si puede también, quédese con su información de contacto para que los pueda citar en caso de un juicio o por si la compañía de seguros lo requiere.
Puede también que en la escena del accidente se haya presentado la policía. En ese caso, ellos se encargarán de redactar un reporte sobre lo ocurrido, que incluiría detalles precisos del lugar y la hora, heridos, daños y testimonios de posibles testigos.
Si es así, asegúrese de conseguir ese reporte a través de su policía local o preguntándole al mismo agente dónde puede conseguir una copia.
Si se producen heridas en el choque, sería importante que consiguiera el debido reporte de su médico o enfermera que certifique lo ocurrido, aunque tenga en cuenta que puede que le cueste dinero obtenerlos. Si usted tiene un seguro médico HMO, es probable que los pueda conseguir sin coste alguno.